Aunque con retraso, no puedo dejar de hacer una mención al bautizo de mi última sobrina-nieta. Sólo decir que el cura casi duda, al ponerle el nombre, entre Sofía o La Bella Durmiente.
Véase la muestra. Ni el agua, ni las voces, ni el ir de mano en mano alteraron su sueño.
Pero el día anterior ......
. Y al día siguiente del bautizo.....
Eso si, cuando está despierta siempre tiene la sonrisa puesta y preparada para ofrecerla a todo a aquel que le diga una monería.
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¡¡Y así de tontas estábamos las tres!!
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