Este miércoles era esperado por las enriquecedoras de una manera especial, la violinista venia de "remojar las raices" como ella dice, pero además las había remojado durante una semana , con la celebración de las bodas de oro de una hermana incluída. ¡Menudo remojo! ¡Toda ella venía hinchada! La vimos felíz, mientras nos relataba entusiasmada, esa celebración , en ese monasterio en Begoña, como fondo, la música de violín interpretada por su marido y dos amigos mas, que hicieron que vibrasen no sólo los muros de la iglesia, también todos los allí congregados. Ella misma vibraba contando que la celebración duró hasta la noche, con comida, siesta, paseo y cena, todos unidos, todos hermanados, unidos en la alegría y en la pena, porque no decirlo, de los que ya no están, admirando el paisaje, que nos contó, resplandecía bajo un cielo cubierto de nubes, pero con esa luz especial de los días nublados, que hizo que los prados y los montes brillaran, como brillan las hojas de los chopos, tililando entre el plata y el verde. Desde aqui felicitamos a esa pareja que ha decidido, seguir juntos ese camino zigzagueante, empinado algunas veces y otras veces deslizante como el hielo, pero con 50 años en sus recodos y eso es digno de felicitación y a nuestra enriquecedora, que sigas "poniendo en remojo tus raices" asi, en tu tierra y con tu gente. Enhorabuena.
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