¡BIENVENIDO A CASA!

Estoy muy, muy, pero que muy contenta, dentro de unas horas vuelo rumbo a Nápoles, una semana de caminatas y visitas, risas y charlas de 3 mujeres con muchas ganas de pasarselo bien, es el principio de mis vacaciones, me queda mi casita del alma, con mis árboles y mis libros, (4 tengo preparados), mis hijos algunos días, mis hermanos otros, algún que otro familiar más y por supuesto, un montón de días tranquilos, mi marido y yo solos, los necesitamos, los deseamos, los conseguimos(de eso me encargo yo) y los disfrutamos; en julio, hay pendiente unos días en León, con unos viejos, pero buenos amigos, que nos esperan hace mucho tiempo, y ya está apalabrado; en Septiembre, un fin de semana, otras tres chicas, solas, de relax en la playa, todo el día alli tiradas, andando por el borde del mar, o inflándonos a palomitas en el cine de verano, y en Octubre, mi semana sagrada de lluvia, olor a monte, dulce de manzana, horas de chimenea, recoger castañas y nueces y ver de nuevo a mis "hermanos y hermanas adoptivos", como vereis, no me puedo quejar, espero pasármelo bien, y escribiré cuando pueda, y desde donde pueda, lo prometo, pero todo esto, no es lo que me tiene contenta, lo que de verdad me ha dado un subidón y una alegría enorme es saber, que Avelino vuelve a casa, le van a dar el alta y vuelve al Infiestu. Este fueguito que arde la vida, como expliqué, es un luchador nato. ¡Bienvenido a casa!