Lo que llamamos "nuestra edad", es el resumen de todo aquello que vamos depositando sobre nuestro tiempo vital, ese que iniciamos con un llanto o grito y que se nos va con un silencio.
Después de 57 idas y venidas, flashes de cansancio, agotamiento y renuncia;, controles de abatimiento, de consultas y llantos, eso si, endulzados con muchos, muchos momentos de risas, de complicidad, de tardes de deberes con pasteles de juegos y cariño, adornados con abrazos y besos. De viajes compartidos, de tardes de cine, de celebraciones varias culminadas con deseos de volver a paladear.....
Después de 57 huellas en mi camino vital, ahora me toca el tiempo tranquilo, el del silencio, el que valora el "ser, por encima del "tener" y el "estar con" por encima del "estar en".
Ese tiempo, dulzón, empalagoso si cabe, que se llena de miradas de orgullo, de ilusiones totalmente ajenas a uno mismo y del disfrute de la contemplación. El tiempo de crecer en orgullo, mirando nuestras extensiones, de crecer en amor, aceptando sus contrarios y de crecer en esperanza de que consigan todos sus logros, de crecer en ilusión, simplemente por verlos crecer.
Hoy, he disfrutado de este mi tiempo de ahora, de todo este largo paseo por mi tiempo vital, acompañado por mis logros, mis ilusiones, mis sueños...disfrutando juntos y en compañía, sin nudos apretados, pero hilvanados con hilos, compartiendo admiración mutua, respeto equilibrado, pero sobre todo, muchas, muchas ganas de tenernos.
Gracias por este día, espero disfrutar muchos años más como éste, por supuesto en vuestra compañía, la de todos y cada uno.
Me gusta mucho lo que has puesto tía incluyendo los pimientos ¿Que sería de un cumpleaños sin pimientos? Has nacido cuando el tiempo se templa y hay una luz blanca y limpia sobre todas las cosas. Así somos los que nacemos en primavera: modestos.
ResponderEliminarUn beso Noemí