viernes, 17 de agosto de 2012

GOOD MORNING AFGANISTAN. GOOD MORNING MI TENIENTE.


(Dedicado a una madre feliz y orgullosa)




Militares españoles ofrecen asistencia médica a un niño en el valle de Darr-e-bum. | MÒNICA BERNABÉ
Mònica Bernabè | Ludina | Darr-e-bum
Actualizado viernes 17/08/2012 06:52 horas. EL MUNDO.ES




A las cuatro de la tarde ya estaba la tienda de campaña levantada, las cajas de medicinas preparadas encima de una mesa, y los médicos y enfermeros militares listos para atender al máximo número posible de pacientes en una provincia como la de Badghis, en el noroeste de Afganistán, donde la asistencia médica es una de las principales necesidades de su población.

En todo Badghis, de medio millón de habitantes, sólo hay un hospital y unas cuantas clínicas que dejan mucho que desear por la poca profesionalidad o desidia de su personal sanitario. Sin embargo, en la tienda habilitada como consultorio médico sólo aparecieron tres personas en las casi dos horas que estuvo abierta en el exterior de la base avanzada de combate que el contingente español tiene cerca de la localidad de Ludina, al norte de la provincia.

El primer paciente que apareció fue un anciano con turbante que decía que le dolía el estómago desde hacía seis meses. El médico, el capitán español Rafael Tamburri, se molestó en escucharle atentamente e incluso le palpó el vientre, algo difícil de ver en misiones médicas de otros países con tropas en Afganistán, por ejemplo las de Estados Unidos, que básicamente consisten en distribuir medicinas como quien reparte caramelos.

Dos mujeres, suegra y nuera, fueron las dos otras pacientes que completaron el trío de atendidos. La suegra sufría artrosis y otras dolencias en las rodillas. Y la nuera decía que sangraba, aunque no quedó muy claro por dónde. El médico llegó a la conclusión de que debía de padecer una infección de orina, según un diagnóstico realizado a ojo de buen cubero, dada la imposibilidad en Afganistán de que un hombre examine a una mujer, y menos aún un militar y en una zona rural.

"Habíamos quedado esta mañana en Ludina con dos líderes de la comunidad, pero no se han presentado a la cita", explicó el teniente Fernández, que forma parte de la Unidad de Cooperación Cívico-Militar (conocida con las siglas CIMIC). "Llamé a uno y me dijo que estaba en Qala-e-now porque un familiar suyo había caído enfermo, una excusa que ya me ha dado en otras ocasiones para no presentarse", relató el oficial. "El otro contestó, pero después cortó la comunicación del teléfono móvil y ya lo desconectó".

Según el teniente, los líderes de la comunidad y la población afgana en general tienen miedo de los talibán en la zona de Ludina, y por eso no quieren que se les vea con las tropas internacionales, por temor a represalias. "Esta mañana hemos ido a Ludina con altavoces informando que el consultorio médico estaría abierto", añadió el oficial. Pero hubo que cerrarlo sin casi ofrecer atención médica.

Días atrás las tropas españolas también montaron otra tienda-consultorio en el valle de Darr-e-bum, otra zona de población de etnia pastún y presencia talibán en la provincia de Badghis. Al menos aquella iniciativa tuvo un poco más de éxito. Acudieron más de un centenar de personas, pero muchas eran familiares de policías locales u otras fuerzas de seguridad afganas, o pertenecían a una misma familia que extrañamente decía que todos sus miembros habían caído enfermos a la vez. Tras la atención médica, los militares españoles regalaban toallas, radios y fiambreras a los pacientes. Tal vez eso hizo que algunos se sintieran enfermos repentinamente.

En los últimos diez años las tropas internacionales han realizado acciones humanitarias para ganarse el favor de la población en Afganistán, pero eso muchas veces ha contribuido a alimentar la ceremonia de la confusión -que la población confunda los militares con los cooperantes-, y peor aún: que la ayuda humanitaria se utilice como arma de guerra.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por colgar esta noticia y la foto, una madre feliz y orgullosa te lo agradece de corazon.
    Un millon de besos y abrazos

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