Ya casi entrados en el invierno, pero coleteando aún el otoño, suelen darme arrebatos de orden en los armarios, ya que las tardes se hacen mas largas y el tiempo y la crisis nos invitan a entretenernos en tareas mas caseras.
Pues bien, me dio por ordenar los juguetes que tengo guardados de mis hijos. Los tenia almacenados en cajas de plástico y queria darles un repaso y cambiarlos a otros embalajes.
Bañé, peiné y perfumé barbys, kens, nenucos y alguno más que ha perdido su identidad, además de su pelo y algún que otro miembro de su cuerpo. Los vestí, y los coloqué en unas cajas de carton rojo oscuro preciosas que compre, para ello, en diversos tamaños.
Lavé tooooodas las ropitas, zapatitos, bolsos, sombreros y hasta una sombrillita no se si de Chavel, de su hermana o de su prima. Les he hecho unas bolsitas de tela y en cada caja roja guarde una bolsa, con la ropa correspondiente al muñeco.
Monte una estafeta de correos, una escuela y una mansión con sus luces y llaves mágicas.Todo probando previamente bombillita por bombillita, ¡¡todas funcionaron!!.
Las limpie, lavé a sus inquilinos con todas sus ropas y familias: Familia conejo, familia oso panda, familia oso normal, familia mofeta y el mono cartero.
Por suerte (?) mis hijos no conservan tanto como mi hija, además, el lego, las pelis de tin-tin, de las tortugas Ninya, de Carlitos y Snoopy, junto a los cuentos, son fáciles de guardar y limpiar.
Los madelmán, los geiperman y los Actioman, Uf!! también tenían derecho a su baño y a la limpieza de su ropa , asi que seguí metida en baños y mas baños. Los clik pasaron a mejor vida en manos de mi hijo mayor, por desgracia quedan muy pocos, y sus barcos, ambulancias, coches, helicopteros, solo existen en nuestra memoria.
Volví a mis treintaytantos con mis hijos pequeños, y recordé sus navidades, los vi emocionados abrir paquetes y disfruté recordando todo aquello. Aparqué por unas semanas las manualidades que me tenian un poco estresada, y me puse a ordenar la infancia de mis hijos, pero todo esto lo he hecho despacito y disfrutándolo.
Me dediqué a darle cuerda al carrusel de la memoria.
Pero una noche hace tres días, conectadas a este maravilloso invento, mi hermana Lolillo y yo comentando los recuerdos infantiles que estaba viviendo, ella casualmente estaba colocando su colección de recortables, empezamos a hablar de nuestros recuerdos, de nuestros juguetes, de nuestras muñecas, de nuestro colegio, de nuestro barrio, nuestros cuentos de hadas......, de nuestra infancia.
Algunas cosas hemos recuperado en rastros y mercadillos, porque las dos somos de guardar cosas antiguas, pero nuestro, de nuestra infancia, no conservamos apenas nada.
Y el carrusel de la memoria se puso en marcha otra vez, pero esta vez por nosotras. Y empezó a coger velocidad:
-¿Te acuerdas como se llamaban las muñecas vestidas de colegialas?.
Pues colegialas.
-¿ Y de aquel monito que tenias que lo llevabas contigo a todas partes?
Pues siiii, pero era un monito de madera con pelo, sin marca ni nombre conocido.
- ¿Y los cuentos, aquellos que se movian las figuras?
Siiiiiiiii
¿Y los sobres sorpresa del kiosko verde que habia debajo de casa?,¿ y los recortables que comprábamos en la papelería Ramos enfrente de casa?,¿ y los albunes de cromos?...
Y nos dió por buscar en el ciberespacio que nos brinda esta máquina del tiempo las imágenes de tooooodos los juguetes, juegos y utensilios, anuncios, pelis, menaje y mobiliario, que nos volvieran a la edad de 6 ò 7 años.
Pusimos en marcha la máquina y nuestra mente hizo el resto.
Tengo que confesar que lloré más de una noche, frente a la pantalla, a las 3 de la mañana.
Lloró una niña de 7 años que vio su colegio, sus clases, que vio su barrio en aquellos tiempos...la misma niña que recordaba el olor del muñeco Valentin o las tardes que pasaban con las muñecas recortables y la "casa" que mamá nos hacía con sus camitas y armarios, para ellas, en un viejo libro. Aquella que miraba por la ventana la noche de reyes esperando verlos. Que jugaba a las cartas de las familias, grababa en "el geloso" un villancico con sus hermanos, o veía en la tele a los chiripitiflaúticos, antes de que Cleo, Teté, Maripi, Pelusín, Colitas y Cuquín la mandaran a la cama.
También reimos y gritámos cuando alguna encontraba un "nuevo tesoro".
¡¡¡Pero donde lo has encontrado!!!
Lolillo y yo hemos vuelto a ver a todos nuestros muñecos y hemos recordado entre risas nuestros juegos, nos hemos emocionado viendo los anuncios de la tele, o la cesta de picnic, con la que íbamos al campo que pasó a ser, con el tiempo," la cesta del belen".
Hemos estados tres dias abriendo puertas a la ilusión y ventanas a la sorpresa. Hemos vuelto a ver en nuestra mente, lugares con objetos tan queridos y recordados, que la nostalgia y la infancia han ido de la mano sin querer soltarse. Hemos regresado al pasado con los ojos de la niñez mirándolo todo, como si de verdad nos lo acabaran de traer los reyes. Hemos disfrutado como lo que éramos en ese momento, como niñas.
Hemos visto a Valentín, a Cleo, al Pepón, a Tumbelín, a Dulcita.....Ah! la colegiala se llama Angelita, y ¡¡¡¡encontramos a Monín!!! Hemos escuchado en aquella radio los cuentos de la Gallina Marcelina y el Mono Titiritero. Yo he visto a mi padre hacerse los cigarros en su máquina, la hucha que tenia mamá en su armario. He olido el jabón "elena" y he visto mi escritura en el cuaderno "Campanillas 1".
Todo lo hemos guardado en este invento en subcarpetas de una principal, MI INFANCIA, y cuando me sienta que he perdido mi sombra, como Peter Pan, no dudaré en pedirle a campanilla que me la cosa: llamaré a lolillo y juntas, abriremos la carpeta.
Y
