viernes, 5 de junio de 2009

EL CLUB DE LOS MIERCOLES : PIDE UN DESEO


El miércoles, fue el cumpleaños de la psicóloga enriquecedora,y como últimamente estamos pendientes del final de la historia de Goli y Human, su hermana y su sobrino, no nos acordamos ninguna, un fallo imperdonable que desde aqui, yo, en nombre de todas quiero enmendar. Sabes que la semana que viene lo celebraremos en esa comida que tenemos pendiente, nuestro brindis "por la diva" fue nuestra dedicatoria adelantada, de todas maneras, desde aquí, muchas felicidades Sol, que eres un sol, que disfrutes como tu sabes hacerlo de la vida, que te ofrece un año mas de ilusión, esperanza y también de lucha, ¿porque no decirlo?, de esa lucha diaria que hoy, especialmente hoy, queremos que te de una tregua, y aunque sólo sea el tiempo que te tome leer esta "especial dedicación"te relajes y disfrutes mientras lees este cuento, cuento que me encanta, de mi leído Jorje Bucay, y que te dedico en nombre de las tres, ojalá encontremos algún día ese bosque.... mientras, en nuestra mesa, bajo la ventana, yo os contaré esta historia, y tu, pide un deseo.....o muchos . Y dicen...

Esta historia nos habla de un famoso rabino jasídico: Baal Shem Tov.
Bal Shem Tov era muy conocido dentro de su comunidad porque todos decían que era un hombre tan piadoso, tan bondadoso, tan casto y tan puro que Dios escuchaba sus palabras cuando él hablaba.
Se había creado una tradición en aquel pueblo: todos los que tenían un deseo insatisfecho o necesitaban algo que no habían podido conseguir, iban a ver al rabino.
Baal Shem Tov se reunía con ellos una vez por año, en un día especial que él elegía. Y los llevaba a todos juntos a un lugar único que él conocía, en medio del bosque.
Y, una vez allí, cuenta la leyenda, que el rabino encendía con ramas y hojas un fuego de una manera muy particular y muy hermosa, y entonaba después una oración en voz muy baja, como si fuera para si mismo.
Y dicen.....
Que a Dios le gustaban tanto aquellas palabras que Baal Shem Tov decía, se fascinaba tanto con el fuego encendido de aquella manera, amaba tanto aquella reunión de gente en aquel lugar delbosque...que no podía resistirse a la petición del rabino y concedía los deseos de todas las personas que allí estaban.
Cuando el rabino murió,, la gente se dio cuenta de que nadie conocía las palabras que Baal Shem Tov decía cuando iban todos juntos a pedir algo.
Pero conocían el lugar del bosque y sabían como encender el fuego.
Una vez al año, siguiendo la tradición que Baal Shem Tov había instituido, todos los que tenían necesidades y deseos insatisfechos se reunían en aquel mismo lugar del bosque, prendían el fuego de la manera que habían aprendido del viejo rabino y, como no conocían sus palabras cantaban cualquier canción o recitaban un salmo, o sólo se miraban y hablaban de cualquier cosa en aquel mismo lugar alrededor del fuego.

Y dicen.....

Que a Dios le gustaba tanto el fuego encendido, le gustaba tanto aquel lugar en el bosque y aquella ente reunida....que aunque nadie decía las palabras adecuadas, igualmente concedía los deseos a todos los que allí estaban.

El tiempo ha pasado y, de generación en generación, la sabiduría se ha ido perdiendo...

Y aquí estamos nosotros.

Nosotros no sabemos cuál es el lugar en el bosque.

No sabemos cuales son las palabras....

Ni siquiera sabemos como encender el fuego como lo hacía Baal Shem Tov...

Sin embargo, hay algo que si sabemos.

Sabemos esta historia.

Sabemos este cuento....

Y dicen...

Que Dios adora tanto este cuento,
que le gusta tanto esta historia,
que basta que alguien la cuente
y que alguien la escuche
para que El, complacido,
satisfaga cualquier necesidad
y conceda cualquier deseo
a todos los que están compartiendo este momento.....

Así sea...











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