domingo, 9 de enero de 2011

¡¡ME ENCANTAN LOS CUENTOS!!


Y empezamos el nuevo año.
Ya se acabaron las fiestas, ya toca recoger y guardar en la cesta de los adornos, todo lo que con tanto cariño, año tras año, va construyendo nuestras navidades y la de nuestros hijos.
¿Que tal se han portado los reyes?
A mi, este año, los reyes me han traído muchas cosas,¡será que no he sido tan mala como algunos dicen!.
Mis sentidos han quedado plenamente satisfechos y agradecidos, y mi tiempo muy dividido y ocupado, ya que, algunas me alegrarán gustosamente el paladar, otras serán un disfrute para la vista y el oido, el tacto y mi coquetería, tambien estarán agradecidos, y otras, literalmente, me las ha traído un mago.

Esta Navidad, he podido disfrutar como si fuera una niña, he escuchado cuentos, que hacía muchos años que sólo podía oírlos, a retazos, en la memoria y al escucharlos una y otra vez, he podido también, volver a revivir, toda mi infancia;
He estado en el comedor de Francisco Silvela con aquella mesa redonda, donde mi padre liaba sus cigarrillos en aquella máquina....
He estado también en la cocina, en aquella despensa, donde jugábamos con mamá a los tenderos...
En la habitación de los chicos, donde subidas en los travesaños de las camas, bailábamos el hula-hop, o haciendo el pino en el sillón de orejas rojo, o escuchando en aquella radio, estos maravillosos cuentos.
Por medio de éste nuestro comunicador especial, mi hermana pequeña y yo hemos devanado muchas madejas de nostalgia, hemos unido muchos hilos de ilusión, hemos pasado en estos días, muchas noches buenas, recordándonos y recordando aquellos años con nuestras hermanas y hermanos, aquellas navidades...

Por estos recuerdos unidos a unas ganas irrefrenables de volver a revivir aquello, hice una salida nostálgica a la Plaza Mayor, con el deseo de encontrar, aquellos tres reyes de barro, que siguen viniendo del pasado, todos los años a mi memoria, con sus tres camellos diferentes: uno marrón, otro negro y el tercero era blanco, y sus peanas también de barro. ¡como si los estuviera viendo!.

Sabía que me costaría encontrarlos, ya que las figuras de ahora, no tienen nada que ver con mis reyes: sentados de lado, con sus peanas, creo que con corona, y que no encontraría a uno de los camellos cojito, por supuesto, pero no por eso me di por vencida; Busqué y busqué, ya casi estaban quitando los puestos, pues era ya bastante pasado el dia 24, casi a finales....pero los encontré.

Se me aceleró el corazón en un puesto. De barro, los colores no son iguales claro, aqui los camellos son todos marrones, pero algo me vibró por dentro cuando los vi, además, tengo 365 días, para unir, memoria con pinceles y colores. Compre una caja especial para ellos en mi excursión navideña, allí descansarán, pero no los subiré con la "cesta de los adornos de navidad". La dejaré a mano, para mirarla de vez en cuando, no sea que desaparezcan.

Así que este año, yo, puedo escribir literalmente un cuento de Navidad:

Erase una vez una niña, que una Navidad, un rey mago, le trajo unos cuentos que hacía mucho tiempo que los quería, que pasó una tarde en la Plaza Mayor muy especial, donde compró, tres Reyes Magos con sus pajes y camellos. Que mirándolos y oyendo esos cuentos, revivió momentos mágicos, que Gaspar viajo a un lejano pais, en una caja especial, y que los otros dos aguardan en una caja, también especial, que el año que viene, vuelva otra vez.... la mágica Navidad.

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