lunes, 19 de enero de 2015

MI QUERIDO RASTRO.

Empezamos el año con frio y cielo plomizo, como debe ser.
El señor invierno se hacia de rogar ultimamente, pero llevamos tres días con él. Por fin extendió su manto, aunque aquí, en madrid, lo hizo timidamente y lo recogio enseguida.

Anoche, hacia las dos de la mañana, una tibia capa blanca empezaba a cubrir mi barrio y a la luz de las farolas se podía apreciar una pequeña lluvia de copos blancos, que esta mañana había desaparecido para mi sorpresa, pues de verdad pensé que al levantar la persiana encontraría un paisaje blanco. Lo deseaba.

Me gusta el invierno, me reaviva y me siento fuerte cuando llega. Ya lo sé. Soy muy rara. Todo el mundo prefiere el verano o la primavera, incluso el otoño..., pero a mi me gusta el invierno.

Aunque disfruto y a todas las estaciones les encuentro su encanto, en invierno, me siento feliz.
Insisto.
Me gusta el invierno.

A mis huesos no claro, pero a mi si y gano por cabezonería, asi que el domingo que amaneció un precioso día de invierno, con el cielo de ese gris plomizo que anuncia nieve, nos fuimos mi hijo y yo al rastro.
A mi querido rastro.


Ya sea verano o invierno, siempre descubro cosas nuevas. Puedo ir todos los domingos, que siempre me sorprendo con algo o con alguíen o encuentro alguna tienda, en alguna calleja que se me había despistado el domingo anterior.


Ayer decidimos entrar por la plaza de los cromos.
Mi hijo buscaba vinilos antiguos y yo buscaba.....buscar.

¡¡Me encantan las aceras con media casa expuesta en el suelo, a revolver....!!

Es como si entraras en el tunel del tiempo y de repente ves la cerámica "recuerdo de", que viste durante años en casa de tu tía...., o el molinillo de café que tantas veces viste a tu madre en la cocina....aquella plancha que se te rompio de recien casada....incluso si tienes suerte puedes encontrar el tirador que le falta a aquella puerta o a éste cajon de ese armario que tienes de tu abuela y que disfrutas y cuidas con tanto cariño....Y en un minuto vuelves a casa de tu abuela, a casa de tu tía...a tu casa...¡¡mi querido rastro!!


Bien abrigaditos recorrimos callecitas y callejones, tiendas y puestos...hablamos, regateamos, reimos y conversamos con la gente de alli. Tenían preparados plásticos para abrigar esos viejos libros que a 1€ todavía podemos adquirir, en caso de que la nieve anunciada, hiciera su aparición.

Por suerte, mi amigo del manto blanco, esperó a la hora de recogida para dejarse timidamente anunciar y pudimos callejear y buscar buscando en mi querido rastro toda la mañana.

De este paseo al pasado, me traje una bombonera de mi infancia, que vendían en las pastelerías concretamente en "Las Margaritas", debajo de mi casa. Esta es una gitanilla, que rescaté de un revoltijo en el suelo por 3€.
Tras varias pasadas de toallitas, restauración de pelo, lavado de lo que parecía el manton y a la espera de cambiarle las puntillas, os la muestro encantada.

. ¿Os acordais? Estaban rellenas de caramelos o bombones.

Tambien encontré dos cuentecitos. Uno llamó poderosamente mi atención, pues aunque el texto era en francés....algo me flaseaba por dentro, algo me recordaba... a algo....Cuando llegué a casa lo comprobé. Es el mismo ilustrador de mi querido cuento "los tres leoncitos".
Pierre Probst. La memoria me va fallando, pero los recuerdos de mi infancia no.
. Vease la muestra.



¡Mi querido rastro!.

Mi hijo encontró varios vinilos...yo, mis tres tesoros...., por la noche nevó. Estoy feliz.






2 comentarios:

  1. Buenas adquisiciones!
    A una de nosotras también le gusta el invierno y le da vidilla!
    Si nosotras hubiéramos ido a tu querido rastro seguro que hacemos alguna adquisición!
    Muchos besos de las dos

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  2. No lo dudo chicas!!
    Cuando querais venir por aqui, nos damos una vuelta a mi querido rastro, y seguro que entre las tres daremos cuenta de mil cosas.....Si es en invierno, mejor....

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