jueves, 20 de mayo de 2010

PAREN EL MUNDO QUE ME BAJO.


Que la vida son dos días, ya lo sabemos, que no hay que dejar para mañana lo que puedas hacer hoy, tambien, pero que ¡caray!, vivimos sumergidos en una vertiginosa rueda, llamada mundo, que gira y gira sin parar, adquiriendo velocidades imposibles de seguir.

Desde la velocidad que llevamos en la caja del super, guardando las cosas, que no sabes, si pagar, si seguir guardando, o si cojer el cambio y en cuanto te descuidas, tienes a otra persona, pegada a ti, cojiendo su compra, y tu en las manos, el cambio, la tarjeta, el monedero, la bolsa, las compras, los tikets de promocion y la llave de la taquilla.
La misma velocidad que llevamos por la calle, que el que no te da un empujon, te pisa, y el que no lo tienes pegado a tu chepa, que si te paras como yo el otro dia, se te cae encima, porque no le da tiempo a pararse de la velocidad que lleva.
Esa aceleracion que tenemos, en la cola del autobús, en la de los probadores, en los bancos, en la taquilla de los cines y teatros, en el aeropuerto..que en cuanto te despistas, está el acelerado de turno, que te da en el hombro y a grito pelado te dice: ¡¡que te toca!!
No hablaremos de la velocidad con que nos atiende el médico, ni de la velocidad con que te sirven la caña, o te sienta el acomodador en tu butaca....¡¡¡Y lo de la coches, ni lo nombro!!, solo de pensarlo me produce estress.

Es como si nos hubieran dado cuerda, como si en muñecos autómatas se hubiera convertido la humanidad entera, pero totalmente descontrolados, movíendonos a un ritmo, no marcado por nuestro fabricante, simplemente debido a un desajuste de nuestras "neuronas", esas cosas, que marcan todos nuestros todos, que nos hacen amar y odiar, ilusionarnos o entristecernos, que nos dan pautas en criterios y metodos, que nos hacen diferenciar las emociones de las razones y los sueños de las realidades.
Necesitamos ajustar la maquinaria, necesitamos bajar el ritmo, necesitamos parar esta rueda llamada mundo, y hacerla girar a una velocidad que nos permita disfrutar de la vida, de lo cotidiano, sin agobios, sin prisas, sin aceleraciones que sólo nos conducen al estress, al estar siempre en guardia, a la ofuscación, al cabreo...al infarto. Necesitamos respetar a los demás, para respetarnos a nosotros mismos.

Yo, he decidido empezar a respetarme, a sonreir a la cajera mientras coloco la compra sin prisas, y ella espera mirándome con odio a que la pague rapidamente, a caminar por la calle, sin empujar a nadie, a respetar con paciencia, a la persona mayor, que delante de mi, hace una consulta mas larga de lo normal, porque no entiende bien lo que le estan diciendo, o porque no encuentra las monedas que le piden, a subir las escaleras del metro despacio, detras de alguien, que no puede hacerlo de dos en dos, alguien, que puedo ser yo misma dentro de unos años...yo, a partir de ahora y mientras esta "rueda" siga con su giro vertiginoso, yo, hago mia la frase famosa de Mafalda: Paren el mundo que me bajo.

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