martes, 9 de marzo de 2010

FIN DE SEMANA


Llega el viernes, bendito, maravilloso,anhelado viernes, por viernes, por alejado del lunes, por antecesor del sábado. Ya de tarde, veo la luz de otra manera, la lluvia parece que no me moja igual, y el frío, casi ni lo siento,¡hasta huelo el ambiente festivo que me envuelve al doblar cualquier esquina, a partir de las 8 de la tarde!
Incluso los autobuses y metros se llenan de risas mezcladas con conversaciones de alto volumen, nerviosas de fiesta, de amores planeados durante 4 días, de amores soñados durante 96 horas, de planes, fiestas, pactos, encuentros pactados, fiestas planeadas y planes trasnochados. Todo se palpa en el ambiente, se vive aun sin vivirlo, se forma parte de él aunque no se tome parte...

Amanece el sábado; abres un ojo. ¿Que hora es? ¡¡Que horror, me he dormido!!, pero, no...¡¡si hoy es sábado!! Um....bendito sábado, bendita cama,bendito nido caliente que mece amores y sueños y que nos cobija esas mañanas de tranquilidad y quietud, donde volviendo a la posición fetal, abrazamos nuevamente a Morfeo sin sentirnos culpables y sin esperar el odiado sonido del despertador.

Tardes de sábado, de este invierno que no nos abandonará hasta muy entrada la primavera, pero que ya llevan el olor a torrijas, cera y a pólvora, a música de saeta y a ruido de petardos y cohetes, pero también a sonido de lluvia y nieve que invita a pasar estas tardes, envueltos en un buen jersey grande y esponjoso de nostalgias, compartiendo sólos o con amigos, una buena película, hundidos en ese sofá, que sabe de nuestra pereza y nos entiende, que nos cobija y nos abraza, cómplice silencioso de nuestra voluntad vencida.

Ya el domingo, no se ve igual, es el predecesor del lunes. Se nos hace corto, no lo disfrutamos como se merece, se nos escurre como agua entre los dedos. Un buen desayuno. Os recomiendo unos buenos huevos fritos con patatas, para mi, todo un homenaje a mi padre, a mi infancia, unas buenas risas mientras se disfrutan en familia y se holgazanea saboreando el fin de semana que agoniza.
Si tenemos suerte y sale un pequeño rayo de sol, salimos todos con la necesidad imperiosa de ponernos bajo su reflejo, su calor, su tibieza. Los parques rebosan de niños que corren hambrientos de ese sol y de padres que corren detrás de esos niños,agradeciéndole al astro rey, esa bocanada de libertad, aunque sólo dure, lo que sus rayos en calentarnos.

La noche todavía nos echa el telón demasiado pronto, el reloj estacional todavía va retrasado, y en pocas horas, su negrura nos invade, como invade nuestros pensamientos, que ya están mas cerca del día siguiente, del odiado principio de semana, aunque nos queda, ese pequeño silencio de nuestros yos, particulares, esos que cada uno tiene, mientras apoya la cabeza en la almohada, momentos antes de caer en brazos de Morfeo y en el que saboreando todas las escenas vividas, pasamos revista mentalmente como si de una película se tratara, y visionamos como en un cliche, antes de cerrar los ojos, este ya pasado fin de semana.

1 comentario:

  1. ASI ME GUSTAN A MI LOS FINDES, TAL Y COMO LOS DESCRIBES, CON EL CALIDOS AMBIENTE FAMILIAR.
    TE FELICITO POR TU ARTICULO, ES REDONDO!!!!
    LOLILLO

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