sábado, 24 de abril de 2010

UN BRINDIS POR LA VIDA


Este miércoles, nos fuimos a celebrar mi cumple con una comida. Hacía tiempo que veníamos diciendo que teníamos que quedar, y que mejor que un cumpleaños, para sin prisas pero con ganas, decidirlo en un momento. Y así fué, y como siempre que se reune la gente con ganas de vaciarse hablando, con ganas de llenarse oyendo, con ganas de crecer intercambiando ideas, citas y lugares, se nos pasó la comida en un santiamén, y eso que hicimos sobremesa con una tarta de santiago a cuatro bandas(por aquello de que empieza el buen tiempo y hay que intentar eliminar el michelín), unos cortados, y creo recordar que alguna que otra infusión.

Hicimos un repaso rápido al gobierno, al pais, a los bancos, a las hipotecas, a las mentiras que nos cuentan, al paro, a la crisis, a las verdades que están ahí, sobre la inmigración, sobre la emancipación de los hijos, sobre que tenemos que hacer por lo menos, una comida al mes, sobre mi lumbago, sobre el magnolio de la violinista, sobre el cabreo monumental que tenía la zapatera prodigiosa con el mundo.....Y brindamos, por mi cumple, pero sobre todo, brindamos por la vida, para la vida y con la vida.

Teníamos pendientes un diagnóstico de una hija, de una amiga de la violinista, que con 21 años, volvía a revivir, pero esta vez en su propio cuerpo, lo que hace seis meses había sufrido con su madre. Y lo dicho, brindamos por la vida y a la salud de esta niña, que vuelve a sonreir.

Y así, la psicóloga, la violinista, la zapatera prodigiosa y la cuentista, comieron, rieron y se disfrutaron. Fué un club de los miercoles, con copa y puro, es decir con añadido. Había mucha vida de que hablar y mucha que celebrar.

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