jueves, 20 de febrero de 2014

UN JARRON CON CLAVELES.





Hoy en el Club de los miércoles, comentábamos, como las personas nos buscamos esa bocanadita de aire, en nuestro respirar cotidiano, esa sopita caliente que nos entona las penas, esa melodía de recuerdos que nos traslada a mundos mejores y que hace que nos sonría el alma aunque llevemos luto en el corazón.

No sé porqué estábamos las cuatro, bueno hoy 6 porque se apuntarón dos más al café, digo que estabamos melancólicas, no se si por el tiempo que hace, por el tiempo que nos pasa o por el tiempo que nos ha pasado ya, y recordábamos a gente del barrio, que por una ú otra razón se nos quedarón grabadas sus formas, sus palabras o su manera de ser.

Recordamos en especial a una señora, que ya no sale de casa apenas, pues es muy mayor y ha trabajado tanto y tan duro, que ahora se permite el lujo de ver pasar la vida en su hogar, sóla, tranquila y sosegada.
Y seguramente que tendra, claveles en algún rincon de su casa.

Esta señora tenía un dia dia muy duro.
Dos hijos enganchados a la droga....y un marido con una enfermedad de muchos años que lo había convertido casi en un vegetal. Ella limpiaba en las casas y en portales, desde la mañana a la noche, sin desatender su casa y su marido. Y la encantaban los claveles.

Y asi, un dia..y otro dia....
y dicen los que la trataron mas intimamente, pues yo sólo la conozco de vista, que siempre estaba de buen humor, siempre alegre y cuando le preguntaban como hacía para llevar todo asi, ella contestaba:

"Gracias a mis claveles. Cuando estoy en casa planchando, ya entrada la noche, agotada de fregar escaleras y portales, preparando la comida del día siguiente y llega alguno de mis hijos...y le oigo en el baño destrozarse....y miro a mi marido y le veo y casi ya ni le reconozco, y siento que me ahogo....busco con la mirada mi jarrón con claveles y respiro."


¿Quien no tiene ese jarrón con claveles en casa para respirar ese aire que nos falta algunas veces? ¿Quien no busca esa pequeña y cotidiana felicidad, que nos hace olvidar esa rutina diaria, esa pesada carga que algunas llevan, o simplemente por sentirnos un poco más felices?


Unas pondran un jarrón con flores, otras mirarán ese cajón con telas, algunas se asomarán a otros paisajes viendo una pelicula o leyendo ávidas un buen libro y no faltarán las que con una aguja y la imaginación sean capaces de hacer de un día vulgar y corriente, algo extraordinario.

Nosotras hoy, nos hemos ido a comprar claveles.



3 comentarios:

  1. Me encanta la historia, muy bonita.
    Besitos guapa

    ResponderEliminar
  2. Gracias chicas. ¡¡y no dejeis nunca de poner un jarron con claveles en vuestras vidas!!

    ResponderEliminar